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Medical Journal

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COVID-19: Situación Actual y Novedades Globales

La COVID-19 se ha convertido en un problema de salud establecido y persistente a nivel mundial (paho.org), aunque la fase aguda de emergencia haya quedado atrás. A continuación se presenta una actualización profesional, basada en fuentes confiables (OMS y revistas médicas), sobre la situación actual de la pandemia: síntomas comunes, tratamientos vigentes, cifras de morbilidad/mortalidad, avances en vacunación y las políticas sanitarias más recientes.

Situación Epidemiológica Actual

A nivel global, la circulación del SARS-CoV-2 persiste con variaciones periódicas. En la primera mitad de 2025 se observó un repunte en la positividad de pruebas diagnósticas (alcanzando ~11% en mayo, un nivel similar al de mediados de 2024). Este aumento se concentró en regiones como el Mediterráneo Oriental, Asia del Sureste y el Pacífico Occidental, mientras que otras áreas (Europa, Américas) mantenían niveles bajos de actividad viral. Aún no se define una clara estacionalidad del virus, lo que hace esencial mantener la vigilancia epidemiológica continua. La evolución viral continúa bajo monitoreo: Ómicron sigue siendo la variante dominante, y en 2025 se identificaron nuevas subvariantes (e.g. NB.1.8.1) que están siendo vigiladas por la OMS.

La mortalidad por COVID-19 ha disminuido notablemente en comparación con los primeros años de la pandemia, gracias a la inmunización y mejores tratamientos. Sin embargo, el virus sigue ocasionando un número significativo de casos y decesos, especialmente entre poblaciones vulnerables. Oficialmente se han reportado más de 7 millones de muertes acumuladas por COVID-19 a nivel global (cifra actualizada a abril de 2025), con más de 765 millones de contagios confirmados hasta abril de 2023. Las autoridades sanitarias advierten que estas cifras subestiman el impacto real debido a la disminución de pruebas diagnósticas en muchos países (muchos casos leves no se notifican), por lo que la carga real de la enfermedad es mayor a la registrada.

Síntomas y Presentación Clínica

La presentación clínica predominante de COVID-19 en 2024-2025 suele ser similar a la de un resfriado o gripe leve en muchos casos. Los síntomas más frecuentes actualmente incluyen dolor de garganta, congestión nasal, tos persistente, fiebre, fatiga y dolores musculares. La variante Ómicron (predominante) tiende a afectar más las vías respiratorias altas y, a diferencia de cepas previas como la variante Delta, es poco habitual la pérdida del olfato o del gusto en las infecciones recientes. No obstante, en personas de mayor edad o con enfermedades crónicas, la infección puede progresar a formas pulmonares graves (neumonía, dificultad respiratoria), por lo que estos signos de alarma requieren atención médica inmediata.

Tratamientos Vigentes

La atención terapéutica de la COVID-19 ha avanzado considerablemente. La mayoría de los casos leves se manejan con tratamiento sintomático en el hogar: reposo, hidratación adecuada y medicamentos como paracetamol o ibuprofeno para aliviar fiebre y malestar. En pacientes con mayor riesgo de complicaciones (por ejemplo, adultos mayores o con comorbilidades), se recomienda el uso precoz de antivirales específicos. El antiviral oral nirmatrelvir/ritonavir (Paxlovid®) ha demostrado reducir significativamente la progresión a enfermedad grave y cuenta con una recomendación fuerte de la OMS para casos iniciales en grupos de alto riesgo. Otros antivirales, como remdesivir (vía intravenosa) o molnupiravir (vía oral), también pueden emplearse bajo criterio médico en pacientes elegibles. Para cuadros severos que requieren hospitalización, el tratamiento estándar incluye oxigenoterapia y cuidados de soporte intensivo, complementados con fármacos que modulan la respuesta inflamatoria: la OMS recomienda firmemente el uso de corticosteroides sistémicos (p. ej., dexametasona) junto con bloqueadores de la interleucina-6 (ej. tocilizumab) o un inhibidor de JAK (baricitinib) en pacientes con COVID-19 grave. Estas intervenciones han logrado reducir la mortalidad en los casos críticos.

Vacunación y Campañas de Refuerzo

La vacunación masiva ha sido el pilar fundamental para disminuir la mortalidad por COVID-19. A nivel mundial se han administrado más de 13.300 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19, logrando una amplia cobertura en muchos países, especialmente en adultos mayores y poblaciones de riesgo. En la etapa actual, las campañas se centran en aplicar dosis de refuerzo periódicas y en integrar la vacuna del COVID-19 en los calendarios rutinarios de inmunización de cada país. Organismos internacionales recomiendan mantener o aumentar las coberturas en los grupos de alta prioridad (personas mayores, con condiciones crónicas, personal de salud, etc.), dado que la protección de estos grupos reduce significativamente las hospitalizaciones y muertes.

Recientemente se han desarrollado vacunas actualizadas dirigidas a las variantes circulantes más recientes de Ómicron, con el fin de conservar la eficacia protectora. Por ejemplo, en 2024 la FDA de EE. UU. aprobó nuevas formulaciones monovalentes adaptadas a la cepa Ómicron KP.2 dominante. Las autoridades sanitarias continúan enfatizando la importancia de la vacunación en todas las poblaciones elegibles para mantener la inmunidad comunitaria; por ejemplo, los CDC de EE. UU. recomiendan la vacuna COVID-19 actualizada para todas las personas a partir de 6 meses de edad, incluidas las mujeres embarazadas. Gracias a la inmunización, la tasa de letalidad del COVID-19 ha descendido drásticamente, transformando la enfermedad en algo más manejable a nivel poblacional. No obstante, sigue siendo crucial vacunar a quienes no han completado su esquema y administrar refuerzos adicionales a quienes los necesiten, especialmente ante la posible circulación de nuevas variantes.

Políticas Sanitarias Recientes

Tras el fin de la emergencia sanitaria internacional en mayo de 2023 (cuando la OMS declaró que COVID-19 ya no constituía una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional), la respuesta al COVID-19 entró en una fase de manejo sostenible a largo plazo. La Organización Mundial de la Salud ha emitido recomendaciones permanentes (vigentes hasta 2026) para guiar a los países en esta transición, instando a no bajar la guardia. Se pide reforzar la integración de la vigilancia del SARS-CoV-2 (y otros virus respiratorios) dentro de los sistemas de salud pública, con notificación continua de datos epidemiológicos a la OMS. A nivel comunitario, se promueven programas sólidos de comunicación de riesgos para contrarrestar la desinformación y lograr la participación activa de la población en las medidas de prevención.

Asimismo, muchas de las restricciones extraordinarias de la época de emergencia se han ido levantando. La OMS, por ejemplo, recomienda eliminar las medidas sanitarias relativas a los viajes internacionales de forma progresiva, basándose en evaluaciones de riesgo actualizadas, y continuar apoyando la investigación para mejorar las vacunas, los tratamientos y la comprensión de la condición pos-COVID (COVID prolongada). En paralelo, varios países han ajustado sus políticas nacionales: las campañas de refuerzo ahora suelen focalizarse en grupos vulnerables, y medidas como el uso de mascarillas o los aislamientos han pasado a ser voluntarias o específicas en la mayoría de contextos. Esta normalización de la convivencia con el virus refleja que, si bien la COVID-19 ya no es una emergencia aguda, sigue siendo una prioridad de salud que requiere estrategias sostenidas en el tiempo.

 

 

by SanAr

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VIVIR  POSITIVAMENTE   

Lic. Prof. Pedro Daniel Perrone

En la psiquis de toda persona existen creencias capaces de expresarse como conductas constructivas y destructivas. Si predominan las primeras el individuo se comunica de manera más saludable, solidaria y generosa. Las personas que se expresan mediante conductas constructivas, han aquilatado en su vida, mayor desarrollo de sus CREENCIAS POTENCIALIZADORAS.

Que son las creencias potencializadoras?

Las creencias son afirmaciones de verdad, que grabamos en nuestro intelecto, con las cuales interpretamos la realidad cotidiana y resolvemos las diversas situaciones de vida que protagonizamos.-  Pueden ser potencializadoras, porque nos generan apertura a una mirada positiva de la vida y la realidad, o limitantes porque rigidizan nuestra postura y nos privan de dicha mirada positiva de la realidad.

No sabemos por qué estas  personas, atraen hacia sí, personas semejantes, que tienen comportamientos similares. Igualmente tienden a realizar sus proyectos laborales y personales con mayor éxito. La gente de predominancia positiva se enferma menos y en caso de sucederles suelen tener mayores posibilidades de superar diagnósticos de salud difíciles.-

Las personas de dominancia negativa, suelen vivir con complejos de inferioridad, culpa, desvalorización y cuando enfrentan problemáticas de vida, muchas veces son más débiles para hacerlo. Algunas veces tienden con facilidad a invertir energía psíquica en exceso, recordando y reviviendo situaciones doloras de su vida pasada, generan ambientes de negatividad, y llevan una vida insatisfactoria.- Estas personas alimentan su cotidianeidad con CREENCIAS LIMITANTES, lo cual les hace la vida una cosecha cuasi permanente de frustración y malestar.

Las personas de dominancia positiva logran muchas veces, desarrollar habilidades para transformar sus conflictos internos en oportunidades para crecer, reeducarse y sanar sus dolores.

La actitud de renunciar a emociones dañinas como la ira, la envidia, y el rencor, aliviana la mente de comportamientos estresantes.- Aprenden a frenar sus impulsos a la crítica y/o quejas permanentes evitando asi que su cerebro vibre melancólicamente.

Vivir positivamente requiere tener sueños con la seguridad de que se harán realidad.

Desarrollar el arte de vencer los miedos y las inseguridades y aprender a organizar el tiempo y los libros tanto como las ideas y los afectos. Es posible ensanchar los límites de la inteligencia útil si se implementan conductas nuevas. Para ello es necesario aceptar las reglas de juego de la realidad exterior:

  • Amar intensamente aquello que deseamos lograr: el anhelo de poseer dará el ímpetu necesario para plasmar el proyecto teórico en producto concreto.

  • Usar y hacer crecer la mayor cantidad posible de fe: absolutamente todas las empresas trascendentes han tenido al frente hombres capaces de creer en lo que no se ve. La fe no se gasta por disponer de ella, sino que se estimula a sí misma y energiza la psiquis de quien la utiliza. Es, de hecho, el mejor antídoto contra los oscuros pensamientos de fracaso e incertidumbre.

  • Aceptar que en la vida nada se obtiene a cambio de nada; para alcanzar los objetivos personales, será preciso una buena dosis de esfuerzo y perseverancia sumada a un plan medido cuidadosamente en etapas.-

  • No es necesario esperar a sentirse preparado: toda iniciativa pierde su vigor si se dilata con argumentos que pueden resultar trampas que nos ponemos nosotros mismos.- Es más importante estar dispuesto que estar preparado. La idea cuando nace tiene una fuerza vital y energética que se debilita progresivamente hasta desaparecer, si no toma contacto con la concesión.

En todo caso la decisión de vivir positivamente es una opción personal. El derecho a lograr lo que se desea es propiedad de todos los seres humanos.-

Vivir positivamente tiene que ver con la dignificación de  mi persona frente a mí mismo y frente a los demás.- Acrecentar cada día mi dignidad desarrollando la autoridad de mi propio yo.

La fe en Dios, incorporando el modelo del PADRE BUENO, comprensivo y ayudador, que nos cuida y protege, permite a cada uno sentirse aceptado por alguien superior y poderoso por quien uno puede sentirse amado y acompañado y experimentar su constante ternura en cualquier circunstancia. Esto nos permite abrir nuestra mente para recibir luz, sabiduría y disminuye el temor a la soledad.

Vivir en armonía con uno mismo favorece no solo a quien lo practica sino a sus prójimos y al entorno en el que nos movemos y existimos.-

Es posible preparar nuestra inteligencia y nuestro corazón a fin de poder acrecentar nuestras creencias potencializadoras y reemplazar nuestras creencias limitantes por nuevas posturas que nos lleven a tener una mentalidad abierta al crecimiento y al cambio permanente.-

Vivir en armonía con uno mismo, favorece no solamente a quien lo practica sino a sus prójimos.-

FUENTE CONSULTADA: El pensamiento positivo. Lydia Febre. Edit. Lumen.-

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Madrid 06 de Octubre 2025

La obesidad: un problema de salud global en evolución

Introducción

La obesidad es una enfermedad crónica multifactorial caracterizada por el exceso de grasa corporal que compromete la salud. En las últimas décadas, su prevalencia ha crecido a nivel mundial hasta alcanzar proporciones epidémicas. Según datos recientes, más de mil millones de personas en el mundo vivían con obesidad en 2022, lo que representa alrededor del 13 % de la población adulta. ScienceDirect

La Organización Mundial de la Salud y otras entidades han propuesto detener el aumento de la obesidad para el año 2025, pero la mayoría de los países están lejos de lograr ese objetivo. Observatorio Global de la Obesidad

Este artículo repasa el estado actual de la obesidad, sus factores de riesgo, mecanismos biológicos, consecuencias clínicas, métodos de diagnóstico y estrategias de manejo, con énfasis en datos recientes y en el contexto español y europeo.

Epidemiología: prevalencia, tendencias y situación en España

Panorama mundial y europeo

  • En Europa, la combinación de sobrepeso y obesidad afecta aproximadamente al 60 % de los adultos, y cerca del 23 % de ellos tienen obesidad. SpringerLink

  • A nivel global, los esfuerzos para cumplir con las metas de detener el aumento de la obesidad en 2025 muestran escasa probabilidad de éxito para la mayoría de los países. Observatorio Global de la Obesidad

 

En España

  • En España, la prevalencia de obesidad ha crecido desde 1987, aunque en la última década se ha mantenido relativamente estable por encima del 15 % de la población adulta. revespcardiol.org

  • En un estudio reciente del ámbito español (integrado al estudio multinacional IMPACT-O), se observa que muchos pacientes con sobrepeso u obesidad no están adecuadamente registrados en los sistemas de atención médica, lo que dificulta el análisis real de su carga. ResearchGate+2ScienceDirect+2

  • En una encuesta nacional, entre 22 181 adultos españoles, 9,6 % presentaban obesidad (IMC > 30), mientras que 21,8 % estaban en sobrepeso (IMC entre 25 y 30). PMC

  • Además, España enfrenta el reto de la obesidad infantil: distintos informes indican que más del 40 % de los niños en edad escolar tienen exceso de peso. The Guardian+1

Estas cifras reflejan la magnitud del problema en nuestro país y la necesidad de mejorar la vigilancia, el diagnóstico y la intervención.

Factores de riesgo y mecanismos fisiopatológicos

Factores de riesgo

La obesidad resulta de un desequilibrio crónico entre la ingesta calórica (energía) y el gasto energético, modulada por factores múltiples:

  1. Factores genéticos y epigenéticos
    Mutaciones o polimorfismos en genes relacionados con regulación del apetito (por ejemplo, leptina, melanocortina, receptor MC4R) pueden predisponer al aumento de peso.

  2. Factores ambientales y de estilo de vida

    • Dieta rica en alimentos ultraprocesados, azúcares simples, grasas saturadas y baja en fibra.

    • Vida sedentaria y reducción de actividad física diaria.

    • Alteraciones del sueño (poca duración o mala calidad) y estrés crónico como factores moduladores del apetito y el metabolismo.

    En el estudio español citado, se observó que personas con menor nivel educativo tenían más frecuentemente hábitos alimentarios desfavorables (consumo de fritos, poca fruta/verdura) y estilos de vida más sedentarios, lo que se asoció a valores de IMC más altos. PMC

  3. Determinantes sociales y socioeconómicos
    Hay una clara desigualdad: condiciones de menor ingreso, menor nivel educativo, entornos con acceso limitado a alimentos saludables y falta de espacios seguros para actividad física contribuyen al riesgo de obesidad.

  4. Factores metabólicos, hormonales y microbianos

    • Resistencia a la insulina, alteraciones del eje leptina / grelina

    • Disbiosis intestinal (microbioma alterado)

    • Inflamación crónica de bajo grado

    • Alteraciones del sistema nervioso central en el control del apetito

Fisiopatología: cómo el tejido adiposo daña

El tejido adiposo, especialmente el visceral, deja de ser un mero depósito energético y se convierte en órgano endocrino activo, liberando adipocinas (leptina, adiponectina, resistina, TNF-α, IL-6, entre otras) que:

  • Favorecen resistencia a la insulina y disfunción metabólica

  • Generan un estado proinflamatorio de bajo grado

  • Contribuyen al estrés oxidativo y al daño vascular

  • Promueven alteraciones lipídicas y disfunción endotelial

Con el tiempo, estos procesos impelen la aparición de comorbilidades: enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, hipertensión, dislipemia, esteatohepatitis, apnea del sueño, problemas ortopédicos, e incluso algunos tipos de cáncer.

Adicionalmente, algunos estudios recientes apuntan a que en pacientes con obesidad pueden existir alteraciones cerebrales (por ejemplo en la integridad de la sustancia blanca) asociadas al control motor y metabólico. 

Diagnóstico: más allá del IMC

El IMC y sus limitaciones

El Índice de Masa Corporal (IMC = peso [kg] / altura² [m²]) sigue siendo la herramienta más utilizada para clasificar el estado nutricional (bajo peso, normopeso, sobrepeso, obesidad). Sin embargo, presenta deficiencias:

  • No distingue entre masa grasa y masa muscular.

  • No refleja la distribución de grasa (visceral vs subcutánea).

  • No capta daño orgánico ni disfunción metabólica subclínica.

  • Puede conducir a “sobre-diagnosis” o “sub-diagnosis” en algunos casos.

Por estas razones, recientemente un grupo de expertos propuso replantear la definición del diagnóstico de obesidad, promoviendo una clasificación que incluya la funcionalidad orgánica y las consecuencias para la salud (obesidad “preclínica” vs “clínica”). The Guardian+1

Otras herramientas diagnósticas complementarias

Para mejorar la evaluación:

  • Circunferencia de cintura o relación cintura-estatura (indicadores de grasa visceral)

  • Porcentaje de grasa corporal por bioimpedancia, absorciometría de rayos X (DEXA) o resonancia

  • Evaluaciones metabólicas: glucemia, insulina, perfil lipídico

  • Marcadores inflamatorios

  • Evaluación de comorbilidades potenciales: función hepática, presión arterial, función pulmonar

La combinación de estos datos ayuda a estratificar el riesgo y decidir la intensidad de la intervención.

Complicaciones clínicas y impacto

Las consecuencias de la obesidad son múltiples y abarcan casi todos los sistemas del cuerpo:

  • Metabólicas: diabetes tipo 2, dislipemia, síndrome metabólico

  • Cardiovasculares: hipertensión arterial, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca

  • Hepáticas: hígado graso no alcohólico, esteatohepatitis

  • Respiratorias: apnea obstructiva del sueño, hipoventilación

  • Ortopédicas / músculo-esqueléticas: artrosis de rodilla, columna, dolor crónico

  • Oncológicas: riesgo incrementado de ciertos tipos de cáncer (colon, mama, endometrio, riñón)

  • Psicosociales: impacto en autoestima, calidad de vida, estigmatización

  • Costos para el sistema sanitario: mayor consumo de servicios, hospitalizaciones, medicamentos

El registro de estas comorbilidades en bases de datos clínicas revela que la mayoría de las personas con obesidad ya tienen al menos una patología relacionada (por ejemplo hipertensión, dislipemia, diabetes). SpringerLink

Además, la obesidad precoz puede aumentar el riesgo de muerte prematura. Por ejemplo, un estudio reciente indica que la obesidad antes de los 30 años podría duplicar la probabilidad de morir prematuramente. The Times

Se ha debatido también la llamada paradoja de la obesidad, donde en algunos estudios observacionales ciertos pacientes con sobrepeso moderado parecen tener mejor pronóstico en algunas enfermedades crónicas, pero esta aparente ventaja puede deberse a sesgos metodológicos y factores de confusión como el tabaquismo o la pérdida de peso inducida por enfermedad. Wikipedia+1

Prevención y tratamiento: un enfoque integrado

 

Prevención

  • Intervenciones desde la infancia: promover alimentación saludable en escuelas, limitar marketing de alimentos ultraprocesados, educación nutricional. En España, recientemente se aprobó un decreto que exige que las escuelas ofrezcan fruta/verdura diariamente y pescado al menos una vez por semana. The Guardian

  • Políticas públicas: impuestos a bebidas azucaradas, regulación del etiquetado nutricional, entorno urbano favorable al ejercicio, subsidios a alimentos saludables.

  • Intervenciones comunitarias: actividades físicas accesibles, campañas de concienciación, mejora del acceso a alimentos frescos en zonas vulnerables.

Tratamiento

El tratamiento de la obesidad debe ser multimodal, personalizado y sostenido en el tiempo:

  1. Modificación del estilo de vida (dieta + ejercicio + conducta)

    • Dietas personalizadas con déficit calórico moderado

    • Aumento progresivo de actividad física (aeróbica, fuerza)

    • Técnicas de apoyo conductual, terapia cognitivo-conductual, seguimiento periódico

  2. Farmacoterapia antiobesidad
    En pacientes con obesidad o sobrepeso con comorbilidades, se pueden utilizar fármacos aprobados para la pérdida de peso, siempre considerando sus riesgos y beneficios. Estos tratamientos ayudan a lograr un mayor grado de pérdida de peso en combinación con cambios de estilo de vida.

  3. Cirugía bariátrica (cirugía metabólica)
    Indicada en pacientes con obesidad severa (IMC elevado) y comorbilidades, cuando las intervenciones conservadoras no tienen éxito. La cirugía ha demostrado mejorar o remitir la diabetes tipo 2, reducir mortalidad y mejorar calidad de vida.

  4. Monitoreo y apoyo continuado
    La obesidad es una enfermedad crónica con tendencia a la recurrencia. Se requieren seguimientos prolongados, apoyo psicológico y ajustes terapéuticos.

Perspectivas futuras

La medicina digital y la inteligencia artificial ofrecen oportunidades emergentes para el manejo continuo de la obesidad. Por ejemplo, estudios recientes proponen arquitecturas de aprendizaje profundo para reconocer comportamientos de alimentación y actividad mediante sensores portátiles, lo cual podría permitir intervenciones más precisas y personalizadas. 

Conclusión

La obesidad representa uno de los mayores desafíos sanitarios del siglo XXI. A pesar de los esfuerzos, su prevalencia continúa siendo alta en muchos países, incluida España. Los factores que la causan son múltiples e interrelacionados, requiriendo una aproximación integral que abarque prevención, diagnóstico preciso, intervenciones terapéuticas adaptadas y políticas públicas sólidas.

El reconocimiento de la obesidad como una enfermedad crónica —no un mero factor de riesgo—, junto con la mejora en las herramientas diagnósticas (más allá del IMC), el uso responsable de medicamentos y la innovación tecnológica, serán clave para frenar su impacto futuro.

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